LAS MALAS PALABRAS


El Maestro solía decir que no hay palabras malas si se usan en un contexto adecuado.

Cuando le contaron que uno de sus discípulos era propenso a echar palabrotas, él les dijo: 

"Ya se sabe que las malas palabras proporcionan el desahogo espiritual que le es negado a la oración".

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