MEJOR EN SOLEDAD


El ser humano todavía no aprende a conocer las bellezas de la soledad. Siempre está ansiosamente buscando estar con alguién…para olvidarse de que esta solo…nació solo, morirá solo y, no importa lo que haga, vive solo. La soledad es algo tan esencial a su ser que no hay manera de evitarla. Todos los esfuerzos….fallaron y fallarán porque son contrarios a los fundamentos de la vida….es necesario tornarse consciente de la soledad.

Y es tan lindo sentirla porque te libera de la multitud, del otro. Soledad significa simplemente ser completo. Tú eres entero, no necesitas a nadie para completarte. Así, intenta descubrir tu centro más profundo donde siempre estuviste solo y tan lleno, tan completo y tan desbordante con todas las savias de la existencia que, habiendo probado tu soledad, el dolor del corazón desaparecerá siendo reemplazado por un nuevo ritmo de inmensa suavidad, paz, alegría y bienaventuranza. Esto no significa que una persona centrada en su soledad no pueda hacer amigos. En realidad sólo ella puede hacer amistades, porque ahora eso no es mas una necesidad, es simplemente un compartir.

La soledad es una flor, un loto abriéndose en tu corazón… la soledad es positiva, la soledad es salud. Es el goce de ser tú mismo. Es la alegría de tener tu propio espacio.

Uno está realmente vivo cuando llegó a ser capaz de estar en soledad, cuando ya no depende más de nadie, ni de ninguna situación ni condición y como la soledad es nuestra, puede quedarse mañana, tarde, día o noche; en la juventud o en la vejez; cuando estamos sanos o enfermos; en la vida y en la muerte también puede estar presente porque no es algo que te pasa desde afuera, es algo que emana de ti, es tu verdadera naturaleza, tu propia naturaleza…

JUZGAR A LOS DEMÁS INCREMENTA TU EGO


Nunca te sientas justo ni pretendas estar en lo cierto, no te aferres a esta idea. Y no pienses que los demás están equivocados, porque las dos cosas van juntas, si sientes que estás en lo cierto siempre estarás descalificando a los demás y pensando que la otra persona está equivocada. No desca­lifiques a nadie ni te alabes a ti mismo; de lo contrario, te equi­vocarás. Acepta a la gente como es. Eso es lo que son y ¿quién eres tú para decir si está bien o mal? Si están equivocados sufren y si están en lo cierto son dichosos. Pero ¿quién eres tú para cri­ticarlos?
Tu crítica aumenta tu ego. Por eso la gente habla tanto de lo que los demás hacen mal, porque les produce la sensación de es­tar haciendo las cosas bien. Si alguien es un asesino eso les hace sentirse bien: «Yo no soy un asesino; por !o menos no soy un ase­sino».
Si alguien es un ladrón ellos se sienten bien: «Yo no soy un la­drón». Y así sucesivamente, mientras tanto, su ego se va fortale­ciendo. La gente habla de los pecados de los demás, de los delitos de los demás y de todo lo malo de la vida de los demás. La gente no hace más que hablar de eso. Lo exageran y lo disfrutan... así sienten que «yo soy bueno». Pero esta sensación pronto se con­vertirá en una barrera.
Sé compasivo, sé inteligente y amoroso. Mira a los demás sin juzgarlos. Y nunca empieces a sentirte una persona recta, ni em­pieces a sentir una especie de santidad. No te conviertas en «Su santidad». Nunca.
Mantente común; no seas nadie. Y en ese no ser nadie llega el último huésped... en ese no ser nadie tú te conviertes en el an­fitrión.
Osho

LA MEJOR EDUCACIÓN ES CON TU PROPIO EJEMPLO (LA MEDIA COBIJA)


Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa; durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia; su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre respetado por los demás, proyecto al que dedicó su vida y su escasa fortuna.

A los setenta años, don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos; esperaba que su hijo, ahora brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera y decidió por primera vez en su vida acercarse y pedirle un favor.

Don Roque tocó la puerta. Hola papá, ¡qué milagro que vienes por aquí!; ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo; además estoy cansado y viejo.

Pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitarnos ya sabes que esta es tu casa.

Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo, entonces, ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? ¡Estoy tan solo!

Ehh.... ¿quedarte a vivir aquí? sí... claro... bueno... no sé si estarías a gusto, tú sabes la casa es chica... mi esposa es muy especial... y luego los niños...

Mira, hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.

¡No papá no!, ¡No es eso! Sólo que... no se me ocurre dónde podrías dormir, no puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían... a menos que no te moleste.
¿Qué cosa hijo? Bueno... dormir en el patio.

¿Dormir en el patio? bueno... el patio está bien. El hijo de don Roque llamó entonces a su hijo Luis de once años.

Dime papá.
Mira hijo, tu abuelito se quedará a vivir con nosotros, tráele una cobija para que se abrigue y no pase frío en la noche.
Sí, con gusto... pero... ¿dónde va a dormir mi abuelito?
en el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa, ya sabes cómo es.
Entonces el niño subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos, en ese momento llegó su padre.

¿Qué haces, porqué cortas la cobija de tu abuelito?
Sabes papá... estaba pensando...
¿Pensando?
Sí, en guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y te vayas a vivir a mi casa.