Corazon de raton por siempre


Cuenta una antigua fábula india que había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo del gato. 

Un mago se compadeció de él y lo convirtió... en un gato. 
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. 
Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. 
Con lo cual comenzó a temer al cazador. 
Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: 

“Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón.

Observando las señales


Se hallaba un sacerdote sentado en su escritorio, junto a la ventana, preparando un sermón sobre la Providencia. De pronto oyó algo que le pareció una explosión, y a continuación vio cómo la gente corría enloquecida de un lado para otro, y supo que había reventado una presa, que el río se había desbordado y que la gente estaba siendo evacuada.

El sacerdote comprobó que el agua había alcanzado ya a la calle en la que él vivía, y tuvo cierta dificultad en evitar dejarse dominar por el pánico. Pero consiguió decirse a sí mismo:

No debo huir con los demás, sino quedarme aquí y confiar en que la providencia de Dios me ha de salvar».

Cuando el agua llegaba ya a la altura de su ventana, pasó por allí una barca llena de gente.

- «¡Salte adentro, Padre!», le gritaron.
- «No, hijos míos», respondió el sacerdote lleno de confianza, «yo confío en que me salve la providencia de Dios».

El sacerdote subió al tejado y, cuando el agua llegó hasta allí, pasó otra barca llena de gente que volvió a animar encarecidamente al sacerdote a que subiera. Pero él volvió a negarse.
Entonces se encaramó a lo alto del campanario. Y cuando el agua le llegaba ya a las rodillas, llegó un agente de policía a rescatarlo con una motora.

- «Muchas gracias, agente», le dijo el sacerdote sonriendo tranquilamente, «pero ya sabe usted que yo confío en Dios, que nunca habrá de defraudarme».
Cuando el sacerdote se ahogó y fue al cielo, lo primero que hizo fue quejarse ante Dios:

- «¡Yo confiaba en ti! ¿Por qué no hiciste nada por salvarme?»

«Bueno», le dijo Dios, «la verdad es que envié tres botes, ¿no lo recuerdas?».

El Poder hipnótico de las Palabras


En cierta ocasión, hablando el Maestro del poder hipnótico de las palabras, alguien gritó desde el fondo de la sala:

«No dices más que tonterías! Si yo digo 'Dios, Dios, Dios', ¿acaso ello me hace divino? y si digo 'pecado, pecado, pecado', ¿acaso ello me hace malo?».

Le dijo el maestro «Siéntate, bastardo!». El tipo se puso tan furioso que no podía articular palabra. Finalmente, estalló en improperios contra el Maestro.

El maestro, aparentando arrepentimiento, le dijo: «Perdóneme, señor, por perder la calma. Le suplico que excuse mi imperdonable error».

El otro se calmó inmediatamente, y entonces le dijo el Maestro:
«Ya tiene usted su respuesta: me ha bastado una palabra para encolerizarlo, y otra para tranquilizarlo».

Buscando donde es más cómodo


Un vecino encontró a Nasruddin cuando éste andaba buscando algo de rodillas. 
«¿Qué andas buscando, Mullab?». 
«Mi llave. La he perdido». 
Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la llave perdida. 
Al cabo de un rato dijo el vecino: 
«¿Dónde la perdiste?». 
«En casa». 
«¡Santo Dios! Y entonces, ¿por qué la buscas aquí?». 
«Porque aquí hay más luz».

Buscando donde es más fácil, no se encuentra la respuesta.

EL GATO DEL GURÚ



Cuando, cada tarde, se sentaba el gurú para las prácticas del culto, siempre andaba por allí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó el gurú que ataran al gato durante el culto de la tarde.
Mucho después de haber muerto el gurú, seguían atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al ashram para poder atarlo durante el culto vespertino. Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización de un culto como es debido.
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De cuántos gatos atados están llenas las instituciones....